(Reseña “El jardín italiano”, Alyson Richman)
Creo que algunos libros nos eligen, aparecen de la forma menos esperada y al leerlos se ganan un lugar en el estante de nuestra alma. Para mí “El jardín italiano” fue un ejemplo de esto, unos amigos me lo regalaron en un momento importante de mi vida, me emocioné como siempre que me dan un ejemplar, me maravillé al ver su título interesante y su bella portada. Pero no sabía lo que me esperaba entre sus páginas, ni mucho menos que su autora se convertiría en una de mis escritoras preferidas.
Las novelas de Alyson Richman son como esculturas hermosas talladas minuciosamente. Sabe entretejer el arte y los hechos históricos con las palabras de manera que queda una maraña perfecta de sucesos. Sus narraciones son complejas y extraordinarias, no son solo acontecimientos descritos sino oraciones maravillosas que te llevan por veredas desconocidas.
En esta ocasión la trama se desarrolla en Italia, durante el año 1943 en el régimen de Mussolini. Nos cuenta de manera separada la historia de la chelista Elodie Bertolotti y la del doctor Angelo Rosselli. Elodie ya conoció lo que es amar a través de los ojos de Luca, y Angelo se cautivó por una mujer apasionada de los libros que se convirtió en su esposa. Ambos han sobrevivido a un pasado doloroso que les dejó su espíritu mutilado, pero sus caminos se encuentran y juntos aprenden que, aunque no es posible olvidar sus heridas aún pueden curarse cuando comparten los secretos que los atormentan.
Es una novela que nos habla de las segundas oportunidades, da consuelo, muestra el poder del amor en distintas formas, enseña que el pasado puede arroparnos sin importar que haya sido horrible y a la vez increíble. No voy a mentirles es triste, diría que demasiado, pero vale la pena sumergirse en estás emociones y cuando terminas de leerla el final te llena de paz interior.
La música juega un papel importante en el desarrollo, no es solo porque Elodie es chelista, sino que se convierte en un elemento principal hasta cobrar un gran protagonismo. Esto me encanta, porque las melodías siempre están acompañándonos en todas las experiencias, nos sacan lágrimas o sonrisas, nos llevan a otros mundos y hacen que este trayecto de vivir sea más ameno. Porque como Elodie lo dijo: ¿Acaso no todo el mundo tiene una canción?
Otra cosa maravillosa de los libros de Alyson Richman, es que toma partes de la vida real para convertir sus obras en relatos de ficción que llenan el corazón. Este caso no es la excepción, esos detalles transforman el significado de lo que estás leyendo y en términos de escritura creo que es una herramienta útil pero difícil de conseguir.
Es muy sencillo identificarte con sus letras, no importa que vivas en otro tiempo, al comenzar a leer te transportas al pasado y puedes imaginar con facilidad lo que va narrando.
Si te gustan las novelas románticas e históricas definitivamente debes darle una oportunidad a este libro. Porque descubrirás secretos en ese jardín italiano que te mostrarán que efectivamente, cada historia que lees se entreteje con la tuya.